El carbón tiene muchos usos importantes, aunque los más significativos son la generación eléctrica, la
fabricación de acero y cemento y los procesos industriales de calentamiento. En el mundo en desarrollo es
también importante el uso doméstico del carbón para calefacción y cocción.
El carbón es la mayor fuente de combustible usada para la generación de energía eléctrica.
Más de la mitad de la producción total de carbón a nivel mundial, provee actualmente cerca del 40%
de la electricidad producida mundialmente. Muchos países son altamente dependientes del carbón para
su electricidad. Por ejemplo, en 1996 los siguientes países tenían los porcentajes de
dependencia indicados:
Polonia (95%), Sudáfrica (93%), Dinamarca (77%), Australia (83%), Grecia (69%), China (75%), Alemania (53%) y los Estados Unidos de América (53%).
El carbón es también indispensable para la producción de hierro y acero; casi el 70% de la producción de
acero proviene de hierro hecho en altos hornos, los cuales utilizan carbón y coque. El acero es de hecho esencial
para la vida diaria; carros, trenes, rascacielos, barcos, instrumentos quirúrgicos, rayos-x y electrodomésticos,
todos están hechos de acero. Es fundamental para la fabricación de la maquinaria que hace casi cada
producto que usamos. Sin ellas, no se podría dar forma a la madera y el vidrio, la piedra no podría ser
triturada, el concreto no podría mezclarse, otros metales no podrían ser fundidos y los plásticos no
podrían ser fabricados.
El cemento es esencial para la construcción de casi todos los grandes edificios, fábricas, carreteras y represas.
La mayoría de las plantas de cemento del mundo son alimentadas con carbón. El carbón es directa o indirectamente
vital en muchos aspectos de la vida diaria.